En tu día...

Como en este blog tenemos como lema "la sinceridad ante todo", voy a confesar algo que he mantenido oculto desde tiempos inmemoriales..

¡yo no canto el feliz cumpleaños!

En éstas últimas semanas he asistido a varios cumpleaños, lo cual me permitió reflexionar (?) al respecto, y no, no solo me parece una reveranda porquería, sino que siento que estoy tirando mi dignidad al tacho...

Para arrancar a pensarla, es extremadamente repetitiva, si tuvieramos que distribuirla en versión "cancionero", sería algo más o menos así:

Que los cumpla feliz
Bis
Que los cumpla [Nombre de el/la fulano/a]

Bis

Siguiendo... si será berreta que NUNCA nadie la versionó. No tenemos a un Charly, o a los simpáticos de The Walk of the Earth sacando versiones nueva sobre la canción. Hasta el himno nacional han versionado...

¿Por que? ¿Por que hay que empujar a alguien a ese momento tan espantoso? ¿no alcanzo con el beso de bienvenida y los regalos? y por si fuera poco, tenes a los fundamentalistas del cumpleaños, que en lugar de velitas te compran esa imagen minimalista del Volcán Krakatoa que atenta con derretir toda la torta. Si no lo apagas a tiempo, el cumpleañeros debería decir "esto era una torta, ahora es una representación del incidente de Tunguska de 1908".

Mi reacción detrás, o delante de la canción, es la misma: así como no te la canto, tampoco espero que vos me la cantes a mi. La fiesta de cumpleaños completa es una carrera contra la canción, es como ir en una montaña rusa que va subiendo lentamente y sabes que, en algún punto, se va a venir la bajada....uno está ahí sentado y siente el "clac clac clac clac".

Ni hablar de que los invitados parecen no ponerse de acuerdo con el comienzo de la canción. Estan ahí sentado pensando "¿es ahora?  ¿cantamos ya?".

En síntesis, cuando la canten, voy a estar parado en un rincón haciendo gestos con la boca, pero no van a escuchar que se desprenda ningún  tipo de sonido de mi.

Y al final van a escuchar el "sopla la vela..." ta, ese soy yo, seguro que soy yo.