
Debo ser sincero con Uds en este momento: estoy sentado frente a la pantalla y no se muy bien que escribir. Utilizando un poco de sentido común, uno pensaría: ¿por que mejor no quedarse callado? Bueno, no, y no le voy a explicar la razón porque francamente no me interesa hacerlo.
De todas formas, en las próximas líneas le podría llegar a a
explicar la razón por la cual escribo sin saber, esto dependerá
directamente de la cantidad de texto que pueda generar para llenar este vacío.
Si mi producción es un relato corto, entonces le explicaré, en caso contrario,
lo dejamos a su libre y limitada interpretación.
No todos los vacíos son malos, mucho
menos los literarios, los cuales dependerán siempre del contexto, y tal vez hoy, justamente, no sea necesario brindarle dicha información.
Si consideraramos otros tipos de vacíos,
que si pueden llegar a ser infinitamente más notorios, encontramos situaciones cotidianas
como ir al super y encontrarnos, un día,
3 cajas funcionando en lugar de 6, seguramente usted se enojará y dirá “por que
el vacío de esas cajas y nadie atendiendo” (no literal, pero me entendió); por otro lado, si se sube al bondi y resulta que es conductor cobrador, a nadie
le importa el vacío generado por el guarda faltante. Se que el tema de los
buses es “delicado”, pero si hay algo que el chofer y guarda han logrado es
complemenetarse para salir juntos y
victoriosos de situaciones diversas: si,
nadie lo extraña al guarda porque te trata igual de mal que el chofer, de un
lado o de otro, usted será insultado por el funcionario, algunas veces, más de una
vez.
Si hay algo que hemos hablado poco y
nada, debe ser del transporte capitalino. En el post anterior hice mención al
carril de solo bus como uno de los peores inventos jamas realizados, pero no es
eso a lo que me refiero. Hoy no.
El post que se desarrollará a
continuación no es apto para estómagos sensibles ni veteranos con problemas
cardíacos.. ni emos, que se deprimen con todo. Creo que igual dejaron de
existir los emos, pero lo dejamos para otra historia.
¿Es necesario que los buses huelan tan
mal? Entiendo que por un lado tenemos el cada vez más inminente verano y por
otro un rectángulo de 30 metros que se pasea por las calles Montevideanas a
rayos del sol, pero.. ¿Es tan difícil llegar a la
idea de que podríamos abrir un poco más esas ventanas para que el aire circule?
No estoy pidiendo que tenga aire acondicionado, pero, señor chofer, el olor se
siente. ESE olor parece impregnarse en cuanto objeto esté dentro de ese
ómnibus. A veces hasta siento miedo por la comida que llevo en un tupper,
dentro de una bolsa, dentro de la mochila. Ese olor no conoce límites, se los
aseguro.
¿Cuántas personas pueden subirse en un
bus a lo largo del día? … muchas, es claro que no tengo la cifra exacta.
Hipotéticamente: bus, calor, 40 grados,
cientos de personas por día (me la jugué con el “cientos”), un sinfín de acalorados
pasajeros que abren las ventana PERO nunca el olor parece irse, y peor aún, las
ventanas aparecen cerradas todo el tiempo… esto lleva a una sola explicación posible:
Usted señor chofer es el del olor! Y todavía es ortiva y cierra las ventanas
cuando estamos distraídos. ¿Será un complot con el guarda?
En fin, ¿Acaso las cooperativas no pueden
pedirle a sus choferes que se den una ducha?
Ahora entiendo lo fácil que es hacer
“paros”, simplemente uno sale con una
manguera y grita “BAÑOOOOO!!” y los choferes salen corriendo despavoridos.
Recuerdo haber presenciado en una de estas estampidas mientras paseaba por la bella
Montevideo y fue tanto el susto que no tuve otra opción que correr en la misma
dirección que ellos y esperaba, al menos, que gritaran “Toooorooo, Toooooroooo”.
Nunca pasó… y la ropa que tenía puesta ese día tuve que tirarla.
Es un acto heroico y trascendental el
abordar un coche en pleno Enero, y el motivo tal vez sea justamente la más notoria diferencia entre
viajar en invierno y viajar en verano: el invierno frió, gris y hasta triste está
plagado de comentarios como “me roban en el bondi”, “me roban en la parada”,
“usted chofer es un animal”, etc,etc,etc, lo más aterrador que pueda pasarte en
verano es: “DESTINO!!!”. Horas sobre ese
bus para darse cuenta que ha llegado al final, a dónde ningún otro hombre ha
llegado antes (en verano).
Me imagino al guarda/Chofer diciendo “Usted está en el destino!, no hay nada más allá, este es el final para Ud”. Admiro al ser humano que es capaz de viajar desde Origen a destino, es el auténtico sobreviviente del tráfico. Eso es un hecho.
Por supuesto, sobrevivir al viaje no
implica únicamente las fuertes ráfagas de calor sino la forma en que ese
“piloto experimental de aviones a chorro” te arrastre por la ciudad sin mirar
siquiera en las esquinas. ¿Dónde aprendieron a conducir? Me los imagino
poniéndose un casco a la salida con la canción de “Speed Racer” de fondo y
gritando “Banzaaaai” cuando llegan a cada esquina.
Juro que si algún día escucho “Tora
Tora”, será el momento donde aprenda a utilizar la salida de emergencia.
Deberían prohibir que circulen los ómnibus
en las inmediaciones del World Trade Center, perfectamente podrían utilizar dos
coches para atentar contra los edificios, es más, podrían atentar contra EL
MISMO PISO en los cual impactaron los aviones…. encima te cobran boleto
céntrico, una ganga para el terrorista de fin de semana.
El conducir mal no implica únicamente el
ser imprudente durante el recorrido, sino también la velocidad. Tal vez la
altura del bus nunca les permitió ver los carteles pigmeos de “Vel Máxima 45
kph”, está bien, les tenemos que dar la derecha que muchas veces llegamos en
hora a nuestro destino, aunque a veces me he preguntado si el vehículo no
alcanza tal velocidad que casi puede viajar en el tiempo. Aún no lo comprobé,
pero eventualmente llegaré a destino antes de la hora de salir, se que algún
día pasará. Tengo miedo de subirme un día y que me quieran cobrar el boleto en
“Nuevos Pesos”.
Así es señores, viajar en bondi no es la
forma más segura de viajar, así como escribir sin ideas tampoco es la forma más
segura de generar un post corto. No se aflija, ya debería estar acostumbrado.
Las musas llegaron...
ResponderEliminar"Escribir es un oficio que se aprende escribiendo". Simone de Beauvoir.