miércoles, septiembre 14, 2011

Es solo una cuestión de actitud....


Finalmente el invierno está dejando de ser lo que era, y no hay nada más hermoso para cada uno de nosotros que despedir esta gélida estación y darle paso a la Primavera, a quien cariñosamente la llamamos la “Prima Vera” dónde nos sentimos realmente inteligentes al repetir este chiste que, fácilmente, debe estar en boca del público unas 2 o 3 veces por día (por persona) entre la primer quincena de setiembre.

Es la época del año donde uno se percata, y finalmente agradece, por esos pequeños detalles que no supieron marcar presencia en los meses anteriores, englobados en lo que llamamos “invierno”, también conocido como “Ice Age”, “estación de mierda”, etc; comenzamos a levantarnos con un humor diferente, el sol nos acompaña durante más horas en el día, escuchamos el ruido de los pájaros a través de la ventana,  le prestamos atención a las flores, percibimos aromas, etc.

El Uruguayo agradece la llegada de esta noble estación… ANTES de que comience la estación….

Luego de avanzada la primavera los discursos cambian y ¿Qué escuchamos? “Me molesta la pelusa de los árboles” (las ópticas contentísimas), “los pajaritos no me dejan dormir y me cagan todo” (no se ha indemnizado a ninguna estatua del país hasta donde se), “El viento me despeina” (siempre hay alguna mina coqueta o metrosexual que se va de mambo), "achis" (es auto explicativo), entre otros. No quiero ni nombrar el tema de las cometas! divino cuando ves al pibe volando la cometa con el viejo en la rambla, espantoso cuando ves pasar tus sabanas por la ventana del edificio. El "dale más piola que llega hasta el sol" solo le sirvió a Jaime Roos y a Davide Carradine

Nos encanta la media estación hasta que nos alcanza la media estación y el “salí livianito de ropa” se convierte en “salí livianito de ropa!” con voz de odio, a las 11 de la noche sentado afuera de un bar con sensación térmica 3 grados.  

En síntesis ¿cuándo nos ponemos contentos con la Primavera? Antes de que comience! ocurre lo mismo con todo el resto del año.

El ciudadano promedio es un gran emprendedor… de ideas que luego fracasan; es imperativo que comencemos algo con el estado anímico necesario, pero finalmente caerá por su propio peso, e inevitablemente terminaremos lamentando hasta la próxima estación. “Este invierno parece que no va a estar tan frío” fue la frase más comentada en Punta del Diablo 2011, mismas personas que hace un par de semanas atrás seguramente se encontraban yendo al trabajo disfrazados de “Ice Climber” en el 121 y olvidaron que este invierno iba a ser “diferente”. Sin lugar a dudas, diferente fue: hacía años que no teníamos alerta por Nieve en los medios. Ocurre lo mismo en el resto de las estaciones, como por ejemplo “me encanta ver caer las hojas en otoño”, gran sentimiento olvidado un par de semanas después donde uno anda pateando hojas de la puerta de la casa, quitando del sillón todas aquellas que se colaron por el balcón y ni hablar de los incontables desagües y bocas tormenta tapadas por las benditas hojas, donde aseguro con total convicción que si el fin del mundo se llevará a cabo con inundación, será por culpa de las bocas tormenta y el otoño!. Me pregunto ¿por que bocas tormenta?. ¿Acaso no tenemos desagües en todas partes y les llamamos diferente? ¿Qué pasaría si a mi pozo de aire del edificio comienzo a llamarlo “Caja Tornado”?

El ser humano se queja de lo que tiene, anhela lo que falta  y finalmente entra en un ciclo infinito que se repite una y otra vez en cada estación; pero esto no ocurre solamente a nivel del clima, se puede ver en otros ámbitos de la vida: desde el “decidido” que el lunes arranca la dieta, para después andar quejándose de que pasa hambre, hasta el que sabe, a ciencia cierta, que almorzar una napolitana a mediodía le da modorra y diarrea pero que lo hace, al menos, 2 veces a la semana. Evitemos en este punto el enumerar intentos fallidos, de lo contrario el post sería interminable y finalmente fallaría, como todo intento llevado a cabo por un imperfecto ser humano, desde la contratación del Pay Per View a través de una llamada por teléfono hasta el carril de “Solo Bus”, puedo decir que el ser humano está destinado a la perdición por culpa de sus fracasos. Solo un hombre decidido a fracasar, pero cegado por el deseo del éxito, podría tener una idea tan fabulosa como poner salvavidas debajo de los asientos de los aviones: SABEN que van a chocar eventualmente y saben que será en el agua: ¿Por qué no airbags por si colisionan sobre una autopista? ¿Por qué no una campera por si caen sobre nieve? ¿Por qué no comida? Parrado estaría contentísimo.

Una mecánica interesante de la persona-promedio-quejosa es sentirse tan incompetente que le echa las culpas a otro, vamos el ejemplo anterior “este invierno parece que no va estar tan frío”, ahora apliquemos la redirección de culpa, resultando “dicen en meteorología que este invierno no va a estar tan frío”, acto seguido se arrepienten parcialmente de esto y acompañan la frase con “meterología no le emboca nunca”, y es aquí donde me recuerdo con nostalgia  a cuanta doña salió con paraguas aquel 23 de agosto cuando meteorología anunció “lluvia y vientos” y ahora le esta haciendo compañía a aquel cura brasileño que salió prendido de globos hasta perderse en el infinito. Uno se pregunta que llegó primero, si el huevo o la gallina ¿no?. Boludo porque es cura o boludo porque salió prendido de globos. Tal vez ni una ni la otra y la responsabilidad la tiene el jefe  que lo llamó para  “hablar en la oficina”, un poco literal para mi gusto considerando que tu jefe es omnipresente. Eso es de vago, dios, déjame decirte, pero todos podemos equivocarnos y en eso es parecido a un jefe anterior que tuve: el tipo parecía estar en todos lados… y hacer todo igual de mal, no había chance de que no fuera él.

¿Qué podemos inferir al final? Que estamos llenos de constantes: nos alegramos por las cosas antes de que pasen, nos quejamos cuando finalmente llegan y luego esperamos con ansias la próxima, con la esperanza de que la siguiente sea la salvación. Lo mismo pasó con Transformers, creíamos que la 3era iba a ser la redención de la saga pero ahora nos encontramos esperando la cuarta.

Finalmente el invierno está dejando de ser lo que era, pero la gente no! Y si de gente tenemos que hablar, pues vamos a referirnos a aquella que sigue igual: malhumorada, quejosa, calentona, poco simpática con los que no conoce, adicta a los juegos de PC, monumento nacional de las papas con mayonesa y con dos niños bajo su cuidado: el camaroncito y Godzilla.

Para vos, quejosa, pero que sabes que todos te queremos…
Muy feliz cumple!

El último, por lo que me han dicho….

Te quiero, madre de la criatura!

Por muchos años en loop que no llevan a ninguna parte.
(Si tenemos hamsters dándole vuelta a esa rueda constantemente y que no los lleva a ninguna parte, no veo por que no podemos hacer lo mismo nosotros con el calendario)
¡Que se curta Gregorian Calendar!

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