viernes, noviembre 19, 2010

A lo oscuro y al tanteo...

¿A quien no le resultaban atractivos los apagones? y no me refiero a los pseudo-apagones del Siglo XXI, en dónde practicamente ya ni ocurren. Igualmente por obra y gracia del destino, cada tanto tiempo podemos disfrutar de uno lindo.

¿Quien no recuerda los apagones cuando era niño? Eran, tal vez el ejemplo máximo de bizarradas que uno podía tener en su barrio, y ni pensar si uno es del interior en dónde los apagones era moneda corriente.

Como persona oriunda de Lavalleja es de mi interés transmitirles a todos que si no fuera por la torre de Ute que estaba a la vuelta de mi casa, la cual dejaba de funcionar en cada tormenta, hoy seríamos casi una potencia dentro de este pequeño país. Y no estoy hablando de la tormenta perfecta, no había ni la más remota chance de conocer el mundo de Oz en esos tristes vientos que soplaban, sino que hablo de esa garuga mediocre que apenas y daba para rociar un poco las plantas. Pues bien, sentía llegar la brisa que anunciaba el chaparrón y me quedaba sin luz. ¿Pues a dónde teníamos que mirar los vecinos? pues a esa bendita esquina...

Todos los vecinos de la cuadra salían a la calle casi al mismo minuto y se lograba sentir la voz de la doña de enfrente "mijiiiiiita, ¿¿tiene luz??" -"No señora, preferimos apagar cuanta luz tenemos en la casa porque no encontramos nada para ver en los fabulosos 4 canales locales que tenemos". Era 1990, no había cable estimado lector.

Uno ahí se da cuenta de la astucia del ser humano para enfrentar situaciones de incertidumbre, casi que podríamos resumirlo como "viejo, ¿tenemos velas?", a la voz de "si, en el cajón de la cocina".... 45 minutos más tarde y 7 heridas sangrantes en los dedos por revisar el cajón de los cubiertos llevan a la persona a decir "bueno, esperamos que venga la luz... no las encuentro", como si después de que vuelva la fantástica electricidad vayan a ser útiles, ta a no ser que sea un cumpleaños, pero no nos pongamos con "peros". Por supuesto que la mañana post-apagón era conocida como "la época de las vacas gordas para los productores de velas".... y de las curitas, por los cortes en los dedos. Momentos más tarde se encontraban las velas anteriormente buscadas en el mismo cajón dónde se iban a guardar las nuevas, ironía del destino podríamos llamarle.

Después llegó la época del cable y el apagón pasó a ser el enemigo de la pay per view, justo cuando uno encontraba la tan ansiada película para matar el rato, con los dedos esta vez llenos de yagas por tanto zapping, pues bien... se iba la luz. Acá el estimado lector debería ubicarse en el año 2000 - 2001, dónde el Y2K no tuvo nada que ver, sino la misma columna de Ute que sigue dando chisporrotasos con cualquier soplido. Aquí el lobo feroz pierde oportunidad de sentirse realizado.

Igual el paso del tiempo lleva consigo muchas cosas, excepto avances en el sentido común, por supuesto. Hoy en día la gente sigue preguntando "¿Que pasó?, -"pues se cortó la luz!! daaaa !!!"

En fin, antes los apagones eran lindos, no ahora, mucho menos hoy en día donde la luz se ha marchado de todo el barrio cordón y yo me encuentro aquí encerrado en este hermoso ascensor. Si estuviera solo tal vez no estaría tan preocupado, pero no me ha tocado vivir esta travesía sin igual en la profunda soledad de éste hijo de Otis, ya que 3 seres humanos viajan conmigo.... por suerte cuento con la dicha de la falta de luz que evitan que reciba un golpe brutal con la realidad... lamentablemente puedo oírlos.

Delante a mi derecha esta el ascensorista.... individuos raros los ascensoristas, pero razónes tienen de sobra. En primer lugar me molesta que tengan esa diminuta silla para estar ahí sentados paseando gente durante todo el día. Tienden a ser de 1 metro y medio de alto, dónde el pobre fulano no puede alcanzar el piso ni que apoye las patas en libros. Además, no comprendo porque esa necesidad de estar sentados casi sobre los botones, deben realizar maniobras acrobáticas para presionar esos botones sin tener que alejarse más de 2 mm. Uno pensaría que vendrían a ser algo así como Gollum rasguñando y gritando "my precious" mientras presionan todos los botones en orden ascendente. Igual logro comprender su eterno dolor, no debe ser fácil estar diciendo "baja", "sube", "baja"... "no señor, baja"... "dije baja"... "señor yo... ".... "bueno, subase, igual con suerte presionaré una combinación de botones tal que nos llevará sin escalas directo al infierno".

Delante a mi derecha, casi con la nariz pegada a la puerta está el famoso viajero frecuente entre pisos, ese que entra al ascensor y se para tan cerca de la puerta como para apoyar su cabeza en ella pero lo suficientemente lejos para que no sea detectado por el sensor. Son los que se suben en el 3ero y gritan "voy al 2do!!" cuando, seguramente, la escalera que tiene enfrente los habría llevado a su destino de una forma más rápida. Estos viajeros frecuentes tienen varias particularidades, entre ellas la mirada desorbitada hacia los números, una mirada de poco segundos porque deben volver a mirar el gris metal de la puerta cerrada. Son los mismos individuos que, apenas abre la puerta del ascensor, momento dónde uno se dispone a salir, se meten a los empujones hacia adentro llevándose puesto a cuanto individuo se atreva a interponerse entre él y su lugar frente a la puerta. Hay que sacarse el sombrero por ellos, su sitio predilecto hombre-puerta es tan reducido que casi ni utilizan oxigeno en sus viajes, es por ésta razón que logramos escuchar su respiración pausada y profunda cada vez que se abre la puerta. Menos mal que ahora se encuentra cerrada porque sino tendríamos a Darth Vader buscando llegar al entrepiso. Si me dice "Yuba soy tu padre...", entonces hablaré con mi vieja apenas pueda.

Igual he dejado al ser más extraño para el final: el jubilado. Seres de ojos rasgados, uñas largas, abrigados hasta la perinola a pesar de ser noviembre y que uno no sabe si es el anciano que viene a tramitar la jubilación o uno se encuentra en medio de un episodio de The Walking Dead y está a punto de morir devorado por este zombie moderno.

Creo que si fuéramos atacados por zombies perderíamos la batalla en pocas horas, uno camina hoy día por 18 y no podría reconocer a un zombie de algún viejo de vidriera, esos que se pasan examinando precios vaya uno a saber por que.

Igual hay que destacar algo importantísimo, hoy nosotros hablamos de Facebook, de Twitter, de los blogs... pero si quiere ver una fuente (poco) fiable de información, entonces debe prestarle atención a los viejos. Eso si que es lindo... recuerdo el apagón anterior donde una doña gritaba a los 4 vientos: explotó algo en Ciudad Vieja, explotó algo en Parque Rodó... explotó todo!. Pero muy bien señora, ¿no ha pensado gastar sus horas asistiendo en un servicio de emergencia? le damos un megáfono y que trate de tranquilizar a las masas presas del pánico.

En fin, acá estoy detenido en el ascensor, sin moverme, sin arrojar palabra alguna en ninguna dirección y con el temor implícito de la charla originada por vaya uno a saber que síntoma fruto de la claustrofobia en un lugar lleno de desconocidos, esa terrible charla que empieza con "che y viste que....". Ejemplifico, me encanta ejemplificar... "che y viste que...
  • .... (calor/frio) que hace, está (divino/horrible). El tiempo, esta loco. Primer palabra del primer paréntesis se corresponde con la segunda del segundo paréntesis, me pareció al pedo explicarlo pero más vale prevenir. Y bue... el tiempo está loco es un remate infaltable para cuanta charla pelotuda exista.
  • .... nos fue horrible ayer con (sueldo/partido/marcha/paro/festejo/juego de PS2/Agregue lo que quiera)... me gustaría responderle "es más horrible hablar con Ud. igual".
  • y esta es la peor de todas, pero para que funcione deben haber 2 o más personas conocidas... "viste lo que le paso a X?" y ahí comienza una charla que dura décadas, hay gente que ha muerto en medio de estas charlas sin razón aparente. Yo creo que los dioses crearon la combustión espontánea por éstas razones.
¿Que debo hacer entonces? pues nada... callarme, continuar y aguantar. Tal vez ni el drogadicto de los botones, ni el Darth Vader cuida-puerta ni el Zombie me hagan nada, tal vez no sepan que estoy aquí, o tal vez estén pensando en esos hermosos apagones de los 90 y sus bizarradas.

Miremos el lado positivo, al menos no estoy laburando.... ¿me olvide de decir que mi empresa tiene generado?

9 comentarios:

  1. Excelente .. de vuelta a tus raices literarias... me gusta .. me gusta...

    ResponderEliminar
  2. jajaj gracias!! si, habia que postear :P

    ResponderEliminar
  3. Me encantó.
    me hizo recordar aquellos apagones de mi niñez, y la put.... que pego hoy cuando se corta y me apaga la TV, la compu y el Play ...

    ResponderEliminar
  4. Excelente Yuba!

    Ahora, un consejo para terminar con todas esas charlas... Funciona sobre todos con esas viejas que se te acercan a hablarte de su vida en la parada del bus...

    "No me hable"

    Como mucho te diran mal educado, te putearan, pero uno siente que los está reformando de alguna manera :P

    ResponderEliminar
  5. Buenisimo!!!
    Ahora... yo de chico viví en Rincon del bonete y palmar, ahí teníamos la Red y poca cosa mas (que no estuviera atiborrada de estática), además como niño creo que aun hoy se disfrutan los apagones, son eventos que unen a la familia, momento de sacar juegos de caja (a luz de velas). Y mas disfrutable aun si tenes una estufita a leña!
    Salutes

    ResponderEliminar
  6. Ojo que no te agarre fuego el juego de caja. yo jugaba a las cartas, excepto al "Chancho va.." mucho menos por Vodka :P

    ResponderEliminar
  7. Bueno, pero te estoy hablando de practicas cuando era niño!! Si juegan por Vodka, tamos jodidos

    ResponderEliminar
  8. jajaj tenes razón, mal yo... ves como es un blog de choborras? :P

    ResponderEliminar
  9. Excelente, agrego como personaje al que se apodera de los botones del ascensor, solo para tener un tema ridículo de conversación ¿piso?.
    Si no existe un reality show sobre la vida dentro de un ascensor deberían de inventarlo, es el lugar donde uno tiene que decidir para los próximos 40 segundos de su vida: ¿soy sociable o no?, ¿es necesario pasar por esto por 3 escaleras?, ¿respiro por la nariz o por la boca?.

    ResponderEliminar

Comente bajo su propio riesgo